Las redes sociales sin lugar a duda han modificado muchas cosas en nuestras vidas, parte de ellas en algunos aspectos negativos, por lo que vemos cómo es posible un cambio total en el modo de pensar del colectivo, respecto al apoyo que se le da a una figura pública muy reconocida.
No importa el sector en el cual dicha personalidad se desenvuelva, puede ser un político, periodista, cantante, actor, etc., si se llegara a detectar algo que permitiera considerarlo como impropio, desde las redes sociales se le podría aplicar lo que se le conoce como “cancel culture” o la cultura de la cancelación.
Aunque la cancel culture no es algo nuevo, y pese a que las redes sociales tienen una gran importancia hoy en día, muchas personas no terminan de entender de qué va tal cultura, por lo que se sienten un poco confundidas ante el llamado a “cancelar” a alguna personalidad en las plataformas digitales donde tienen sus perfiles.
Si eres uno de los que todavía tiene algunas dudas referentes a la cancel culture, continúa leyendo este artículo hasta el final, ya que te daremos todos los detalles sobre la cultura de la cancelación, y lo que implica en las redes sociales.
Definiendo la cancel culture
Cuando se habla de la cancel culture nos referimos al movimiento que ha existido desde hace algunos años, pero que con el auge de las redes sociales se ha profundizado, y que a partir del 2020 su relevancia ha sido más significativa todavía.
La cultura de la cancelación es una práctica popular en la cual los seguidores de una persona pública o empresa le retiran el apoyo, ya que alguna acción de estos les ha resultado ofensiva, por lo que termina siendo viral el llamado a “cancelarlos”, resaltando el motivo por el cual están haciendo dicha petición.
Se podría decir que la cancel culture es entonces el boicotear a una personalidad o empresa, o boicotear su trabajo.
Al solicitar en las redes sociales cancelar a una persona pública o empresa, lo que se espera es que el público deje de comprar sus productos, dejen de seguirlos en sus redes sociales o cualquier otra acción negativa en su contra, ya que han sido autores de algo que moralmente es reprobable, lo que terminaría afectándolos en su imagen, reputación, y en algunos casos en el aspecto comercial.
Dos métodos de la cancel culture
Ante las llamadas de la cancel culture, los internautas mayormente caen en el juego de juzgar la moralidad de la personalidad o empresa sin detenerse a analizar todo lo que implica, haciendo que se convierta en un debate muy complicado.
Sirve de altavoz para las minorías
Muchas personas recurren a las redes sociales o medios para dar a conocer su indignación sobre un tema, ya que es la forma que hoy en día es más accesible para ellos, algo que a lo largo de la historia no había sido posible, por lo que algunos expertos lo ven como positivo, ya que se trata de una forma para llamar la atención sobre errores que ha habido en el paso, casos de estupidez o de intolerancia absoluta, sobre todo los que respectan a temas de delito sexual y problemas serios.
Como látigo social
Otros expertos ven la práctica de la cancel culture como una especie de látigo social, ya que a través de ella no se está haciendo activismo como tal, y por ende no se generará cambio alguno en la sociedad que debería ser lo que se busque.
Esta práctica es vista por muchos como que genera más problemas que los que puede conseguir solucionar, ya que en lugar de dialogar con otros sobre ciertos temas, lo que se busca es callar a quienes no piensan igual que ellos, lo que significa una acción desproporcionada.
Por ello, cancelar a una personalidad o a una empresa termina siendo negativo para estos, pero también para quienes deciden cancelarla, ya que los primeros terminan a largo plazo por no escuchar los puntos de vista que son distintos a los de ellos, lo que los limita a crecer como persona o como empresas.
Considerando las dos prácticas de la cancel culture, debería existir una tercera opción la cual puedan seleccionar los internautas, la cual vaya más allá de cancelar o no a una personalidad o empresa, más bien que se realizara un análisis de todo el contexto, teniendo en cuenta que no todas las situaciones son iguales.
Desde que comenzó a tomar más importancia la cancel culture, el listado de personalidades que han sido “víctimas” de esta es largo, sin importar si se trata de personas públicas muy famosas o no, si eran hombres o mujeres, blancos o negros, empresas de gran prestigio o no.
Lo cierto es que la cancel culture ya no se limita a las personalidades o empresas prestigiosas, se trata de algo que es aplicable a todo lo que moralmente sea cuestionable, por lo que se termina haciendo un llamado por las redes sociales y plataformas digitales, sin que antes se haga al menos una breve investigación al respecto.
El llamado en sí al colectivo es repudiar la acción que para algunos es repudiable y que se convierta en viral dicha petición, lo cual podría traer severas consecuencias si es llevado a los casos más extremos.